La Fundación Navarro Viola (FNV) tiene por misión: apoyar la educación, la medicina social y promover la re significación de las personas mayores, áreas que se desprenden de las causas a las que cada una de las fundadoras se dedicó con pasión.
Desde sus inicios en 1973, busca dar respuesta a los desafíos que implica la vejez, asumiendo el compromiso estratégico de generar acciones tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 60 años.
La FNV propone resignificar el lugar de las Personas Mayores en nuestra sociedad a través de diversos programas y, en esta ocasión, también a través de su Premio Bienal. El objetivo del premio es identificar iniciativas que contribuyan a reconocer el valor de las personas mayores en nuestra comunidad y a promover un envejecimiento participativo y saludable.
De acuerdo con el Informe del Barómetro de la Deuda Social con Personas Mayores, aproximadamente 6.000.000 de argentinos tienen más de 60 años y se estima que un 90% es autónomo en su vida cotidiana. La proporción de personas mayores seguirá aumentando durante las próximas décadas, superando en cantidad a los niños y adolescentes menores de 15 en el año 2050. Este nuevo escenario nos plantea múltiples desafíos para asegurar una calidad de vida óptima para este grupo poblacional.
Desde la FNV entendemos a los mayores como personas que tienen mucho para recibir y también, para aportar. Los estereotipos negativos asociados con la vejez comienzan a desaparecer en el encuentro intergeneracional y cuando las personas mayores continúan siendo activas. Esto es esencial para fomentar fuertes lazos sociales y para crear una comunidad en la cual las personas mayores puedan contribuir plenamente en la sociedad, mediante su participación en actividades tanto voluntarias como remuneradas.
Para ello, debemos garantizar a esta población un pleno desarrollo de sus facultades y capacidades, sea cual fuere su estado físico o mental. La participación está estrechamente vinculada con la buena salud y el bienestar durante todo el ciclo vital. Según la OMS, un entorno amigable con los mayores alienta el envejecimiento activo mediante la optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad a fin de mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen. En términos prácticos, adapta sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas mayores con diversas necesidades y capacidades. En una sociedad amigable con los mayores, las políticas, los servicios y las estructuras proveen sostén y facilitan un envejecimiento participativo y saludable, mediante: el reconocimiento de la amplia gama de capacidades y recursos existentes entre las personas mayores; la previsión de y respuesta flexible a las necesidades y preferencias relacionadas con el envejecimiento; el respeto por sus decisiones y elecciones de estilo de vida; la protección de las personas más vulnerables; y la promoción de su inclusión en todas las áreas de la vida comunitaria y de su aporte a las mismas.
Todos somos, individual y colectivamente, responsables de promover un entorno amigable con la edad favoreciendo condiciones de autonomía, participación, cuidado, autorrealización y dignidad para los mayores.
Es el deber de la comunidad en su conjunto garantizar el cumplimiento de sus derechos, expresados en la Convención Interamericana Sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, a la que Argentina adhiere. Construir un nuevo sentido para la diversidad que abarca la vejez implica, en definitiva, darles voz, integrarlos como artífices y protagonistas en nuestra comunidad.